¿Por qué nos cuesta cambiar?

No es tú culpa, hay una parte evolutiva del ser humano que predetermina que nos quedemos donde estamos: tu cerebro. A él no le interesa que estés bien o mal, lo que le interesa es tu supervivencia y ahorrar energía. ¿Cómo te protege tu maravilloso cerebro? Manteniéndote en la zona de confort.

Si repites un mismo comportamiento y sigues vivo, pues el cerebro está cumpliendo una de sus funciones: garantizar tu supervivencia, y si mantienes ese comportamiento, ahorra además, energía; porque cada vez que realizas un cambio de comportamiento, el cerebro tiene que programar nuevas rutas neuronales, y eso es mucho consumo de energía – por eso nos cansamos más de lo usual cuando estamos en un trabajo nuevo, haciendo un recorrido por una ciudad que no conocemos, hablando otro idioma, etc. Los nuevos comportamientos no están automatizados y requieren un consumo energético extra, por tanto, hasta que no se vuelvan un hábito, tendrás que hacerlo conscientemente y uff, eso cansa, y conspira en tu contra que, además, el cerebro siempre querrá hacer las cosas como antes, porque ya es una ruta que conoce, y va a llevarte a ese camino siempre.

Esa es la lucha eterna cuando estamos intentando cambiar, y el porqué volvemos a nuestros hábitos que no nos son saludables, una y otra vez.

El secreto del cambio está en la perseverancia, pues depende de cuanto quieras romper esos patrones de comportamiento, si lo sigues intentando, se harán automáticos, tu cerebro no gastará ya energía extra, verás que sigues vivo, que no hay ningún peligro, e incorporará el cambio.

Ahora, si en vez de perseverar en lograr lo que deseas que sea diferente, te repites una y otra vez que no vas a poder, que no eres capaz, que no vale la pena, etc. esa rutas nuevas y saludables no se consolidan, y lo que te reafirma tu subconsciente, es que tienes razón y que cambiar es difícil y peligroso.

¿Estás dispuesto a transitar el maravilloso camino del cambio?